Teología y niñez son dos asuntos que no deberían mezclarse, sobre todo si creemos, como se ha creído por muchos siglos, que la teología es un asunto de adultos, un "tema serio" y algo que no tiene relación con la algarabía, el juego, la espontaneidad y la alegría que caracteriza a la niñez.
En este libro se hace una propuesta diferente: se dice que los niños y las niñas deben ser considerados "sujetos teológicos" y que la niñez debe ser tenida en cuenta por la teología cristiana, porque representa un enorme desafío social para la misión de la Iglesia; también porque de parte de las niñas y los niños hay contribuciones insospechadas para el que hacer teológico y para la Iglesia misma.
El presente libro esta enfocado a un nivel teórico-práctico, creando una base muy importante con el fondo teórico y teológico. Pero también, por medio de ejemplos y fichas prácticas, lleva al terreno cotidiano el ministerio pastoral de la niñez.
0
0 opiniones