El entorno desempeña un importante papel en la vida del ser humano. Frustrado por el lugar al que se encuentra vinculado, el hombre padece un complejo de vagabundo, busca por todas partes el sitio adecuando, pero es incapaz de integrarse en ninguno. Una de la tareas del terapeuta es ayudarle en esa integración. Pero el hombre debe estar también predispuesto a desligarse de su lugar y vincularse a nuevas experiencias, porque la vida es siempre una marcha hacia delante, siempre un ritmo entre recibir y dar, entre el enriquecimiento y la denuncia, entre la propia afirmación y el abandono... Así pueden unirse la psicología y la fe, que corresponden a esas dos etapas sucesivas.
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