La sociedad es un conjunto de fuerzas, una veces en equilibrio, otras en conflicto y alternativamente resultan vencedoras o vencidas. Hay dos clases de personas: los que triunfan y los que fracasan; los fuertes y los débiles.
Pero... ¿son tan diferentes unos de otros? En realidad, los hombres se parecen más los unos a los otros de lo que ellos mismos se creen. Todos son débiles. Los fuertes se hacen fuertes por miedo a ser aplastados y a que se ponga en evidencia su debilidad. El problema fundamental de todos los hombres es la angustia moral.
La curación profunda del hombre pasa por una solución real de su conflicto interno fundamental. Se trata de reencontrar el plan que Dios ha destinado para cada persona.
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